miércoles, 25 de julio de 2012

Carchuto, el último de los alanos




Ser miembro de la tribu de los alanos se había convertido en una mierda alrededor del año 418 d.C. Sí, vale, molabas porque eras un bárbaro auténtico, de sociedad nómada y pastoril; el puto Hell Angel de las migraciones germánicas en la Antigüedad Tardía. El merchandising que ibas a generar en el futuro rivalizaría con el de Star Wars y, al contrario que las mariconas de los jedis, a ti te venerarían miembros del sexo masculino, heterosexuales, carnívoros y bien proporcionados; no gordos vírgenes y otros fanáticos del zen vegano.

A la izquierda, ¡una ídola, una crack, una diosa antigua del pueblo alano! A la derecha... pffff, ¡bwahahahahahaha!


Pero, hoy por hoy, la cosa se había puesto muy chunga. Ya debías de habértelo olido hace unos años: el desempleo estaba por las nubes pero, asaltar una oficina del Inem romano más allá del Rhin aprovechando que el río estaba congelado, no había sido una buena idea en el fondo, no. Y menos si lo hacías junto a los suevos, unos catetos obsesionados con las subvenciones del subsidio agrario de Roma; los vándalos asdingos, unos canis cuyo dios pagano era un cantaor indoeuropeo de la Bactriana, y los vándalos silingos, unos pastilleros que adoraban a una espada clavada en el suelo –tócate los cojones—y con tendencias destructivas alarmantes. Las posibilidades de acabar en un epic fail eran muy altas pero coño, ¡qué movidón, colega!: Roma no pudo conseguir antidisturbios suficientes para desalojaros y al final os quedasteis en la Galia…


De izquierda a derecha: guerreros suevos, vándalos asdingos y vándalos silingos, tal y como los describe la Crónica de Hydacio en el siglo V d.C.

¡En la Galia, macho! ¡Toma! ¡Triunfazo!: vino, aceite, trigo y tías limpitas y liberales… El Paraiso arriano, joder. ¡Os había tocado la lotería de Wotan; el premio gordo de los Nibelungos! Que sí, que a la gente le gusta mucho la imagen del bárbaro libre, salvaje e indómito; pero lo que mola de verdad es comer todos los días, y a ser posible dieta mediterránea, que a la larga las arterias se resienten con tanto jabalí, tanto venado y tanta manteca. Los bosques está bien para un rato: para cazar, ir a por leña y poder cagar a gusto lejos de la choza. Para todo lo demás, los árboles mejor cortaditos y apilados en la chimenea. Y al que le mole la mugre, la peste a choto, la barriga cervecera y las novias feas, que se meta a recreacionista.

Así comienza una de las leyendas germanas más famosas: "Fuése Ememberga  al bosque a mear tranquila y encontróse al pueblo antiguo mirándole el culo...". En antiguo alemán rima mejor, lo juro.

Pero luego os liaron, reconócelo. A la peña dejó de ponerle pinocho la vendimia, las baguetes y el sexo oral en todas y cada una de las relaciones con las galorromanas. Entonces algunos empezaron a hablar de Hispania: que si se vivía mucho mejor que en la Galia, que tenía mejor aceite de oliva, que las tías estaban más buenas, que la liga de fútbol era mucho mejor, que el sector inmobiliario había experimentado un proceso de expansión sin precedentes, debido a la tendencia del hispanorromano medio a invertir en el opus latericium y, por ende, había trabajo para todo el mundo en los albañiles…

Constantinus Speculator Maximus. Moneda conmemorativa de la primera junta de accionistas de Bankia.
 
Desde luego que fuisteis gilipollas: escuchar las promesas de un césar hispano coronado por el general britano de otro usurpador que se creía heredero de Constantino el Grande… ¡Menuda panda de especuladores! Porque al principio todo fue de puta madre: llegasteis, repartisteis un buen puñado de hostias para llegar a un buen convenio laboral con los hispanorromanos y, para más suerte, a los alanos os tocaron dos provincias romanas en el reparto del PGOU: la Lusitania y la Cartaginense. De costa a costa para echar el fin de semana después del tajo a lomos de tu montura por las vías romanas, las autobahn del Bajo Imperio… Que se jodieran suevos y vándalos y Up the Irons!, hostias.
 
Hispania según el PGOU del año 410 d.C. En fucsia suelo VPO del ayuntamiento de Tarraco.

 Sin embargo, lo bueno no podía durar. El emperador Honorio pinchó la burbuja de los usurpadores Constantino III, Máximo y Joviano; intervino Hispania y os mandó de nuevo al paro a todos. Luego llamó a sus aliados visigodos para que os aporrearan por toda la Península, hasta que depusierais vuestra actitud violenta y cesarais en vuestras reivindicaciones. ¡Qué hijoputas los visigodos! Los típicos colegas de farra que, en cuanto se echan novia, aparcan la Harley y se meten a legionario. Y entre el 417 y el 418, estos traidores a la causa bárbara os dieron palos hasta en el carné de foederati.

Valia, rey de los visigodos, al frente de sus guerreros en algún lugar de Hispania; circa 418 d.C. Obsérvese que los federados visigodos habían adoptado completamente el armamento y las protecciones de sus aliados romanos.
Y ahora te ves en la puta ruina. Con un título de FP de Grado Medio de Incursor Bárbaro expedido por Teodosio, que no te lo convalidan salvo las prácticas de razzias y saqueos de empresas. No te queda más remedio que juntarte otra vez con los suevos y los vándalos lolailos en la Gallaecia, a tocar la gaita, o bajarte al sur y trabajar de segurata de los cortijeros de la Bética de patilla laticlavia (patilla de hacha para los que solamente hablan germano antiguo), a cambio de los papeles de residencia temporal.

Eso o, claro está, hacerte madero como los visigodos.

Aunque a ti te da igual. Lo importante es que te dejen tu espada, tu montura y tus CDs de Black Metal escandinavo…

4 comentarios:

  1. ¡Me mataaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajaja!

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  2. El escojone, Domine Paco. El escojone máximo :)

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    1. Muchas gracias, monsieur. Seguiré esforzándome para no defraudarles. :)

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